La historia trata de un actor ya viejo, que fue famoso en películas del oeste, y ya retirado presta su profunda y característica voz para anuncios de publicidad. Enfrentado a su muerte por un cáncer al páncreas, tiene que conectarse en resolver sus asuntos pendientes con su hija y conectarse con un reciente amor con una mujer joven (Charlotte) que lo rejuvenece.
Como película no es extraordinaria, sin embargo permite conocer a la poetisa norteamericana Edna St Vicent Millay, con dos poemas: Uno al final de la película, que señala la partida del actor, reseñado acá, y el otro que es la respuesta a las personas que temen vivir:
Mi vela arde por los extremos;
No durará toda la noche;
Pero, ah enemigos y amigos míos;
¡Da una luz preciosa!
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