26 ago 2009
Mampato
Los que nacimos en los 60 y 70 habrán leído alguna vez la revista Mampato. Yo aún recuerdo el primer número que tuve en mis manos (debo haber tenido 9 ó 10 años), comprado en el Kiosko de la Población.
Bueno, muchos como yo se educaron y entretuvieron con esa extraordinaria revista, y con las aventuras de Mampato, Ogú y Rena.
Este año han se cumplen 40 años desde el primer número, y han aparecido diversas iniciativas de digitalización de las esas revistas. Los que conozco son Chejov y Mayoneso.
Piedra, papel, tijera, lagarto, Spock
En el sitio de Sam encontramos una versión más difícil del viejo juego de la piedra, papel, tijera. Las reglas son las mismas, pero se introducen dos actores nuevos: el lagarto y Spock. Cada actor tiene ahora 4 interacciones (2 a favor y 2 en contra), en el clásico son 2 (1 a favor y 1 en contra).
Las interacciones son:
Tijera corta al papel
Papel cubre a la piedra
Piedra mata al lagarto
Lagarto envenena a Spock
Spock rompe las tijeras
Tijeras decapitan al lagarto
Lagarto come papel
Papel niega a Spock
Spock vaporiza la piedra
Piedra rompe las tijeras
23 ago 2009
Para hacer 1.000.000 en pac man
De CyberHades copio este artículo ideal para los que jugamos pac man en las voluminosas consolas de antaño.
Este libro es de 1982 (en inglés) y creo que será de las primeras guías de videojuego de la historia.
Un libro imprescindible para la colección de cualquier retro geek
Para ver o descargar el PDF:
21 ago 2009
J. W. von Goethe, pionero de la psicología del color.
No me enorgullezco demasiado de mis logros como poeta. En mi época han vivido escritores creativos excelentes, los ha habido aun más brillantes antes de mí, y siempre los habrá después de mi tiempo. Pero de ser yo el único en mi siglo que conoce la verdad acerca de la teoría de los colores... ¡Eso es de lo que estoy orgulloso y lo que me da un sentimiento de superioridad sobre muchos [sabios]!
J. W. Von Goethe. Enthüllung der Theorie Newtons (Explicación de la teoría de Newton), segunda parte de Zur Farbenlehre (Teoría de los colores), 1810.
Johann Wolfgang von Goethe fue uno de los intelectuales más influyentes y de mayor prestigio de su época. Su impronta en la cultura alemana se percibe todavía en nuestros días.
Durante el último cuarto del siglo XVIII y el primer cuarto del siglo XIX, Goethe se entregó con una energía aparentemente inagotable a la búsqueda de la belleza y el conocimiento, dejando una profunda huella en la cultura germánica y europea. Goethe encarna el ideal romántico de intelectual anticipado ya por los maestros renacentistas, tan preocupado por la práctica de las artes como por su análisis y estudio, e igualmente apasionado por las letras y las ciencias.
Conocido sobre todo por su obra literaria, Goethe destacó en 1774 con su novela Las desventuras del joven Werther, y, sobre todo, con la primera parte de Fausto, su obra más famosa, terminada en 1806. Sin embargo, dedicó su tiempo a numerosas áreas y disciplinas, tanto artísticas como científicas y filosóficas, destacando en todas ellas. De sus variadísimos intereses, interesa aquí resaltar dos muy concretos, uno científico y otro filosófico, que se complementaron entre sí. Me refiero a su interés por la óptica y por la estética.
Fruto de este interés científico y estético por la luz y el color fue su libro Zur Farbenlehre (Teoría de los colores), escrito en 1810. Opuesto en muchos aspectos a la óptica newtoniana, que criticó duramente (causando no poca polémica en su tiempo), ha quedado parcialmente desacreditado por la física moderna, pero la importancia de sus muchos hallazgos ópticos no se puede minusvalorar, y algunas de sus explicaciones siguen vigentes hoy en día. De todos modos, no entraremos aquí a reseñar sus hallazgos científicos ni a explicar sus discrepancias, a menudo mal encaminadas, con Newton, sino que nos centraremos en sus consideraciones sobre la percepción, la psicología y la estética del color.
En Teoría de los colores, Goethe trata cuestiones difíciles de resolver, como la significación simbólica de los colores, con una prosa tan persuasiva que difícilmente puede uno dejar de concordar con sus opiniones. Mi profesor de estética en la UNED, Simón Marchán Fiz, insistía mucho sobre la falta o déficit de “valor de verdad” de las teorías estéticas, y concuerdo con sus enseñanzas, pero las conjeturas de Goethe son tan convincentes que uno casi se siente inclinado a aceptarlas como ciertas.
Goethe fue el precursor de la psicología del color. En su tratado se opuso a la visión puramente física y matemática de Newton, proponiendo que el color depende también, en realidad, de nuestra percepción, en la que se halla involucrado el cerebro, y de los mecanismos del sentido de la vista. Aquí hay que reconocer que el genio alemán se columpió bastante, ya que Newton sí que había prestado atención a estas cuestiones, a diferencia de los físicos contemporáneos del propio Goethe, contra los que podría haber arremetido con más razón. Pero, aún así, sus comentarios al respecto revisten un gran interés.
De acuerdo con sus teorías, lo que vemos de un objeto no depende sólo de la materia que lo constituye, ni tan sólo de la luz tal como la entendió Newton, sino que depende de una tercera variable que es nuestra percepción del objeto. El problema a tener en cuenta aquí es la subjetividad inherente a la percepción individual. Goethe intentó deducir las leyes que rigen la armonía de los colores, atendiendo a sus efectos fisiológicos —es decir, al modo en que los colores nos afectan en tanto que seres vivos, organismos que responden a estímulos—, haciendo hincapié, en general, en el aspecto subjetivo de la visión. Este concepto ha tenido una gran trascendencia y sigue siendo válido hoy en día.
Artistas, filósofos, psicólogos y científicos han estudiado los efectos del color durante siglos, desarrollando multitud de teorías sobre el uso del color. El número y variedad de tales teorías demuestra que no pueden aplicarse reglas universales: la percepción del color depende de la experiencia individual. Esto entronca con mi referencia anterior a Simón Marchán Fiz, sobre la falta de verdad en la estética. Pero, como digo, Goethe es muy convincente, y para muchos sigue siendo una referencia. Incluso sus detractores actuales le deben mucho. Por ejemplo, Eva Heller arremete en su famoso libro Psicología del color: Cómo actúan los colores sobre los sentimientos y la razón (editado por Gustavo Gili) contra las “obsoletas” asociaciones establecidas por Goethe, pero al mismo tiempo su obra es deudora de las ideas del alemán, en tanto que reconoce la importancia simbólica de los colores, insiste en la relación no casual entre determinados colores y sentimientos, en su universalidad, etc.
Siendo así que la percepción del color depende de cada cual, y teniendo cada uno sus propias preferencias y gustos en materia de colores, es difícil negar que todos percibimos, en mayor o menor medida, reacciones físicas ante ciertos colores, sensaciones como la de frío en una habitación pintada de azul claro o la de calor en otra pintada de naranja, amarillo y rojo.
Los colores cálidos estimulan la mente, alegran y hasta excitan, mientras que los colores fríos aquietan el ánimo; los negros y grises pueden resultar deprimentes, mientras que el blanco refuerza los sentimientos positivos.
Aunque estas sensaciones son puramente subjetivas y dependen de la percepción de cada cual, las investigaciones de Goethe y de seguidores suyos como Wittgenstein, por ejemplo, vinieron a demostrar que son comunes a la mayoría de los individuos, y están determinadas por reacciones inconscientes de estos, así como por asociaciones inconscientes de estos colores con determinados fenómenos físicos.
Goethe creó un triángulo con tres colores primarios: rojo, amarillo y azul (no se había afinado aún la síntesis aditiva hasta el punto de identificar con exactitud los verdaderos primarios: magenta, amarillo y cian). Utilizó este triángulo para trazar un diagrama de la psique humana, relacionando cada color con una emoción determinada.
En el triángulo original de Goethe, los tres primarios están situados en los vértices del mismo; las otras subdivisiones están agrupadas en triángulos secundarios y terciarios, donde los triángulos secundarios representan la mezcla de los dos colores primarios que están a su lado, y los colores del triángulo terciario representan la mezcla del color primario adyacente a él y el triángulo secundario que está directamente enfrentado a él.
Para Goethe era de la mayor importancia comprender las reacciones humanas al color, y su investigación marca el inicio de la psicología moderna del color. Goethe creía que su triángulo era un diagrama de la mente humana y conectó cada color con ciertas emociones. Por ejemplo, asoció el azul con el entendimiento y la razón y creía que evocaba un estado de ánimo tranquilo, mientras que el rojo evocaba un estado de ánimo festivo y sugería la imaginación. Goethe escogió los primarios, rojo, amarillo y azul, basándose en su contenido emocional, así como también en los fundamentos físicos del color, y agrupó las distintas subdivisiones del triángulo por “elementos” emocionales y también por niveles de mezclado. Este aspecto emocional de la disposición del triángulo refleja la preocupación de Goethe por que el contenido emocional de cada color fuese tenido en cuenta por los artistas.
AZUL: Es el color de la inteligencia, la sabiduría, la reflexión y la paciencia. Induce al recogimiento, proporciona una sensación de espacio abierto, es el color del cielo y el mar en calma, y así evoca también paz y quietud. Actúa como calmante, sosegando los ánimos e invitando al pensamiento.
ROJO: Está relacionado con el fuego y evoca sensaciones de calor y excitación. Es el color de la sangre y el fuego, el color de Marte, símbolo de la violencia, de la pasión sensual; sugiere acción, impulso; es el color del movimiento y la vitalidad. Aumenta la tensión muscular, activa un cierto estado de alerta en el cerebro.
AMARILLO: Es el color del Sol. Para Goethe posee una condición alegre, risueña, es el color del optimismo. El amarillo tiene las cualidades del sol, es el color del poder y la arrogancia, pero también de la alegría, el buen humor y la buena voluntad; es un color estimulante.
VIOLETA: El violeta es el color de la madurez y la experiencia. En un matiz claro expresa profundidad, misticismo, misterio, melancolía, es el color de la intuición y la magia; en su tonalidad púrpura es símbolo de realeza, suntuosidad y dignidad.
NARANJA: Mezcla de amarillo y rojo, tiene las cualidades de ambos, aunque en menor grado. Para Goethe es el color de la energía, un color para temperamentos primarios, que gusta a niños, bárbaros y salvajes porque refuerza sus tendencias naturales al entusiasmo, al ardor, a la euforia...
VERDE: El verde significa la llegada de la primavera, simboliza la juventud y la esperanza. Por ser el color de la naturaleza, de los prados húmedos, sugiere aire libre y frescor; este color es reconfortante, libera al espíritu y equilibra las sensaciones.
En estos seis colores se comprenden toda la enorme variedad de matices que pueden ser obtenidos por las mezclas entre ellos y también por la de cada uno de ellos con el blanco o el negro; cada una de estas variaciones participa del carácter de los colores de los cuales proceden, aunque con predominio de aquel que intervenga en mayor proporción.
8 ago 2009
Palabras para Julia
Hermoso poema, acerca de la vida, de sus dificultades y de cómo encararlas.
Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.
Hija mía es mejor vivir
con la alegría de los hombres
que llorar ante el muro ciego.
Te sentirás acorralada
te sentirás perdida o sola
tal vez querrás no haber nacido.
Yo sé muy bien que te dirán
que la vida no tiene objeto
que es un asunto desgraciado.
Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.
La vida es bella, ya verás
como a pesar de los pesares
tendrás amigos, tendrás amor.
Un hombre solo, una mujer
así tomados, de uno en uno
son como polvo, no son nada.
Pero yo cuando te hablo a ti
cuando te escribo estas palabras
pienso también en otra gente.
Tu destino está en los demás
tu futuro es tu propia vida
tu dignidad es la de todos.
Otros esperan que resistas
que les ayude tu alegría
tu canción entre sus canciones.
Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti
como ahora pienso.
Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.
La vida es bella, tú verás
como a pesar de los pesares
tendrás amor, tendrás amigos.
Por lo demás no hay elección
y este mundo tal como es
será todo tu patrimonio.
Perdóname no sé decirte
nada más pero tú comprende
que yo aún estoy en el camino.
Y siempre siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.
..
4 ago 2009
Loudness War
“Loudness war” es un término en inglés que podríamos traducir como “Guerra del volumen enérgico” y se refiere a una estrategia o técnica de marketing utilizada moderadamente desde finales de la década de los 90, y con más asiduidad desde hace poco tiempo (2006 aprox.) por las discográficas, en la que se eleva el volumen general de la música, en especial para producciones de rock y pop.
Esta compresión del sonido se ha puesto de moda desde que los amantes del bunchin bunchin hacen música y le dicen al técnico de sonido: “Quiero que suene como cuando le pongo el MEGA BASS, pero sin ponérselo”. El efecto es que suena más potente todo el rato. Eso sí, prueba a meterle el MEGA BASS a cualquiera de estos temas y suena a caca de la vaca.
Ejemplos: Espectro de la canción “Can’t cry these tears” de Garbage. Se observa que la discográfica ha aplicado “loudness war” en esta canción.
Sin embargo, en este clásico de Pink Floyd, “In the flesh”, del disco “The wall”, se aprecia la inmaculada calidad sonora en la pista de sonido sin tocar.
En el proceso de masterización, se edita el volumen de una manera uniforme, equiparando las depresiones y los picos del sonido para que quede un sonido más plano, poniendo incluso en peligro la calidad del sonido en ello (puede producir “hard clipping”). A este proceso se le llama compresión de rango dinámico, y uno de los efectos secundarios que tiene, es que eleva el volumen general de la pista musical, amén de distorsionar la calidad original.
En este vídeo, aunque está en inglés, nos describe visualmente y perfectamente cómo editan una onda de sonido en el proceso de masterización para aumentar el volumen general de sonido con una canción de Paul McCartney de 1989.
Como veis, el resultado difumina la gama y variedad de sonidos como si los ahogara, perdiendo bastante calidad. Podréis ver la diferencia entre los espectros de la onda y lo que recortan y editan. ¿Terrible verdad? (en rojo, el espectro que llega a desaparecer de la canción)
Si el vídeo no funciona, puedes verlo aquí.
Se dice que leer palabras mayúsculas durante mucho tiempo, crea un grado alto de dificultad para el cerebro en el entendimiento, y esto lo podemos trasladar a la música, donde necesitamos ondas altas, bajas, interrupciones, fluctuaciones, mesetas, colinas o precipicios en lo que escuchamos. No se puede escuchar una cosa intermitentemente alta si lo que buscamos es calidad de sonido.
Se ha creado incluso una lista de “álbumes de la vergüenza” donde podemos ver los “clips” por segundo generados, una manera de contabilizar los errores de esta guerra sonora, aparte de otros datos tomados en cuenta, como los milisegundos perdidos en cada clip:
1 – Black Eyed Peas – Elephunk (54 clips por segundo)
2 – Wheatus – Wheatus (47 clips por segundo)
3 – Sheryl Crow – Cmon cmon (41 clips por segundo)
4 – Jennifer Lopez – JLO (36 clips por segundo)
5 – Madonna – True Blue Remastered ( 43 clips por segundo)
6 – Gorillaz – Gorillaz (25 clips por segundo)
7 – Shakira – Laundry Service (32 clips por segundo)
8 – Macy Gray – On how life is (26 clips por segundo)
9 – The Chemical Brothers – The Golden Path Single (31 clips por segundo)
10 – Eminem – The Marshall Mathers CD1 (26 clips por segundo)
11 – Turin Brakes – Ether Song Bonus Disc (14 clips por segundo)
12 – Eminem – The Marshall Mathers CD2 (26 clips por segundo)
13 – Nelly Furtado – Whoa Nelly Uk Special Edition (13 clips por segundo)
14 – Britney Spears – Baby One More Time (19 clips por segundo)
15 – Ozzy Osbourne – The Essential & Disc 1 (14 clips por segundo)
16 – Vitamin C – Last Nite Uk Cd Single (15 clips por segundo)
17 – Fun Lovin’ Criminals – 100 Colombian (18 clips por segundo)
18 – Garbage – Version 20 (13 clips por segundo)
19 – Elastica – Elastica (13 clips por segundo)
20 – Turin Brakes – Ether Song (6 clips por segundo)
“What’s goin down” de los Black Eyed Peas tiene 36.904 clips.
Contrariamente, existe una lista de los álbumes donde no existe ni un clip, no hay pérdida alguna. La lista es más extensa, pero estos álbumes son los que figuran con cero milisegundos en cero clips de pérdida.
ABBA – ABBA Gold Greatest Hits
AC-DC – Blow Up Your Video
Belinda Carlisle – Heaven On Earth
Candy Dulfer – Saxuality
Dido – No Angel
Elton John – The Very Best Of Elton John Disc 2
Genesis – And Then There Were Three
Happy Mondays – Live
Klf – Last Train To Transcentral
Kylie Minogue – Word Is Out
Perez Prez Prado & His Orchestra – Guaglione
Pet Shop Boys – Disco The Remix Album
Pink Floyd – In London 1966-1967
Roy Orbison – Mystery Girl
Shakespears Sister – Hormonally Yours
Soundtrack – Bill & Teds Excellent Adventure
Squeeze – Babylon And On
The 411 – On My Knees
The Mamas And The Papas – The Best Of The Mama And The Papas 20th Century Masters The Millenium Collection
Voice Of The Beehive – Honey Lingers
Weird Al Yankovic – Off The Deep End
ZZ Top – Eliminator
Aquí tenemos otro ejemplo con la canción “Super trouper” de ABBA. En el vídeo, podemos escuchar dos fragmentos. El primero, es de una moderna reedición, donde se eleva unos 10 decibelios el sonido y encima se aplana el espectro. En la segunda mitad del vídeo, podemos escuchar la canción directamente extraída de un disco compacto editado en los 80. Increiblemente, podemos escuchar los sonidos mucho mejor, por ejemplo, suena la percusión claramente cuando en el primer trozo ni se oía.
Esta “Guerra del sonido” se ha extendido incluso a los anuncios televisivos, donde el volumen total se eleva uniformemente sin variaciones más allá de un rango de 3 decibelios y donde el espectador está expuesto a un volumen excesivo y cerca del límite permitido.
Al parecer, las discográficas piensan o deben haber estudiado que aparentemente la gente queda más contenta cuando los discos suenan fuerte.
We choose the moon
Me gustó el nombre, me parece significativo. We choose the moon, me suena a:
We: Nosotros, la humanidad.
Choose: Escogimos, en libertad.
The Moon: Hacer realidad nuestros sueños.
O sea, la humanidad escoge, en libertad, hacer realidad sus sueños.
1 ago 2009
Seis piezas fáciles
De Richard Feynman, un libro de introducción a la física, muy bien escrito. No es necesario tener conocimientos avanzados para entenderlo.
El autor enseñó en Caltech, ganó el premio nóbel de física y era reconocido por su sentido del humor, su afición a tocar el Bongo, y por ir a ver strippers. Sus clases fueron famosas, y lo que más llama la atención es el esfuerzo, la dedicación y la importacia que les asignaba. Encuentras su biografía aquí.
Lo descargas de acá
90 pasos
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