14 ago 2017

The sense of an ending - El sentido de un final



A veces, creemos haber terminamos con el pasado, pero esto no significa que el pasado haya terminado con nosotros.

Y de eso trata la película y el libro (de Julian Barnes). De cómo los asuntos no resueltos del pasado terminan impactando nuestra vida, ya sea teniendo vidas menos felices y provocando daños innecesarios a otros.

No necesariamente somos conscientes del efecto que provocan esos asuntos en nuestras vidas, y tarde o temprano el tiempo se encargará de colocarnos cara a cara con esos eventos. De cómo lo resolvamos es cómo se escribirá nuestra historia hacia adelante.

También trata de cómo modificamos nuestros recuerdos, o los alteramos, o bloqueamos, en un intento de protejernos del dolor, o decepción que nos provocaron. Y vamos por la vida cojeando, sobrellevando nuestros dolores lo mejor que podemos.

Me quedo con que al final el protagonista, viejo ya, enmeda sus errores lo mejor que puede, aunque quede poco tiempo de vida, porque eso es mejor que no hacer nada.

Citas del libro:

"Vivimos con suposiciones muy fáciles, ¿no? Por ejemplo, que la memoria es igual a sucesos más tiempo. Pero es algo mucho más extraño. ¿Quién dijo que la memoria es lo que creíamos que habíamos olvidado? Y debería ser obvio que el tiempo no actúa como un fijador, sino más bien como un disolvente. Pero no conviene —no es útil— creer esto; no nos ayuda a seguir adelante; por lo tanto, lo pasamos por alto."

"Se me ocurre que aquí puede residir una de las diferencias entre la juventud y la vejez: cuando somos jóvenes, nos inventamos futuros distintos para nosotros mismos; cuando somos viejos, inventamos pasados distintos para los demás."

"Pero el tiempo…, el tiempo primero nos encalla y después nos confunde. Creíamos ser maduros cuando lo único que hacíamos era estar a salvo. Pensábamos que éramos responsables pero sólo éramos cobardes. Lo que llamábamos realismo resultó ser una manera de evitar las cosas en lugar de afrontarlas. El tiempo…, que nos den tiempo suficiente y nuestras decisiones más sólidas parecerán temblorosas, nuestras certezas fantasiosas."

"¿Cuántas veces contamos la historia de nuestra vida? ¿Cuántas veces la adaptamos, la embellecemos, introducimos astutos cortes? Y cuanto más se alarga la vida, menos personas nos rodean para rebatir nuestro relato, para recordarnos que nuestra vida no es nuestra, sino sólo la historia que hemos contado de ella. Contado a otros, pero sobre todo a nosotros mismos."
 

"Yo renuncié a la vida, desistí de estudiarla, la tomé como venía. Y así, por primera vez, empecé a sentir un remordimiento más general —algo entre la compasión y el odio a mí mismo— por toda mi vida. Por toda. Había perdido a los amigos de mi juventud. Había perdido el amor de mi mujer. Había abandonado las ambiciones que tuve. Había querido que la vida no me molestara demasiado,
y lo había conseguido; y qué lamentable era.


Una medianía, era lo que había sido desde que dejé el colegio. Una medianía en la universidad y en el trabajo; una medianía en la amistad, la lealtad, el amor; un mediocre, sin duda, en el sexo."

"la principal característica del remordimiento es que no tiene remedio: que ha pasado el tiempo de las disculpas o enmiendas. Pero ¿y si me equivoco? ¿Y si de alguna manera se puede hacer que el remordimiento fluya hacia atrás y se transmute en simple culpa y después se disculpe y finalmente se
perdone? ¿Y si puedes demostrar que no eras el mal chico que ella pensó que eras, y está dispuesta a aceptar la prueba que aportas?"

"Remordimiento, etimológicamente, es la acción de morder de nuevo: es la sensación que te produce. Imaginen la fuerza del mordisco cuando releí mis palabras. Parecían como una maldición antigua de la que incluso hubiese olvidado que la había proferido. No creo, por supuesto —ni creía— en maldiciones. Es decir, en que haya palabras que ocasionan sucesos. Pero la misma acción de nombrar algo que posteriormente sucede —de desear un mal específico, y que ese mal acontezca— produce todavía un escalofrío de otro mundo. El hecho de que el joven ego que maldijo y el viejo que ahora presenciaba el resultado de la maldición albergaran sentimientos completamente distintos, era monstruosamente intrascendente. "


Me gustó más el libro que la película. El trailer de esta última se puede ver acá













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