Datos: esto no es una crítica de cine, es una guía de claves para entender y poner ojo en el que hasta ahora es el mejor estreno comercial del año. Sin dar muchos detalles de la trama lo que sigue puede contener spoilers, así que continuar leyendo es de su responsabilidad, por lo mismo es recomendable más para quienes van a repetirse el plato que para los que se acercan por primera vez a la experiencia Prometeo.
1. El amanecer del hombre: no hay citas en Prometeo, tampoco homenajes, Scott es astuto y lo que hace es dialogar con sus referentes. Platica con sutileza, con clase, tomando escenas de otras películas y usándolas para dar forma a su combo. Precuela de Alien o precuela del género de la ciencia ficción tal como hoy lo entendemos en el cine. Ojo con lo que sigue: Prometeo abre igual que 2001 de Stanley Kubrick, con el amanecer de la humanidad visto desde el espacio. El sol aparece tras el curvo horizonte terráqueo, es un comienzo, un reboot, no hay antropoides hay otra cosa, pero la moral es la misma. Una elipsis más adelante y estamos a bordo de una nave camino a las estrellas; nave donde sus tripulantes viajan dormidos (igual que en 2001) y donde el único despierto responde al nombre de Dave (igual que en 2001), quien usa su tiempo libre en deportes (igual que en 2001), ver películas clásicas (igual que en 2001) y vigilar el sueño de sus compañeros (igual que en 2001). ¿Cuál es el primer diálogo de HAL 9000 en 2001? El mismo que el de la computadora de la nave Prometeo: “good morning Dave”.
2. El monolito y la Torre del Diablo: Prometeo es en la superficie precuela de Alien, o de su universo, pero está más cerca de 2001 y de Encuentros Cercanos del Tercer Tipo. Como las recién nombradas, Prometeo es búsqueda de respuestas, es viajar más allá, es ir tras un monolito y tras una Torre del Diablo respondiendo a un mensaje que viene de las estrellas. Si en2001 este recado tiene una respuesta “divina” y en Encuentros Cercanos resulta benefactor, Prometeo se aparece en las antípodas. La película deja muchos cabos abiertos, porque hay preguntas que no deben ser respondidas. No es cuestión de ciencia ficción, es cuestión de fe. Cuando buscas a Dios ten cuidado con mirarlo a los ojos, pecado que los protagonistas de esta película cometen… y pagan por ello.
3. Lucifer/Prometeo: El mito es el mismo, Lucifer el portador de luz que cuestiona al hacedor no para ser más grande que él, sino para repartir su don con los que están más abajo. Prometeo, el semidiós que quita el fuego de los dioses y se lo da a los hombres. Fuego, luz, sabiduría. En Prometeo hay varios prometeos. La criatura del inicio, la doctora Shaw (Noomi Rapace), David (Michael Fassbender), la propia nave, el misterioso señor Weyland (Guy Pearce). No es una misión científica, es reclamar lo que la humanidad necesita para evolucionar, saber la última de las respuestas, ¿quién y por qué nos crearon? La nave Prometeo no viaja a buscar a Dios, viaja a enfrentarlo, a exigirle explicaciones, a capturarlo. La rebelión de Lucifer/Prometeo, la rebelión de los viajeros cósmicos.
4. Inteligencia artificial: Es tal vez el mejor personaje de la película, Dave (Michael Fassbender) tan inhumano como perfecto: frío, distante, misterioso, una máquina, el hijo perfecto. Un Nexus 10 si se toma en cuenta la idea de que es una evolución de los replicantes de Blade Runner, ese otro gran filme anticipatorio de Ridley Scott. Como Roy Batty (Rutger Hauer), David se arma un pasado revisando y memorizando su película favorita, Lawrence de Arabia y busca ser más humano que los humanos, juicio que depende (por supuesto) de los humanos. Pero ojo, no es el único replicante al que homenajea. Dave se llama Dave, igual que el niño de Inteligencia Artificial, esa maravilla de Spielberg y Kubrick, incomprendida en su tiempo que hoy crece como una catedral. ¿Es el Dave de Prometeo una versión adulta del Dave de Spielberg/Kubrick? La respuesta a esa pregunta también queda abierta, cada cual se contesta lo que quiere.
5. Alien/Blade Runner: Ya lo subrayamos, precuela del universo Alien más que de la película Alien. Respuesta a qué o quiénes son los “space jockeys” (raza a la que pertenece el cadáver extraterrestre gigante que encuentra el Nostromo en el filme original), a qué o quienes son la compañía Weyland Industries, a qué o quienes están detrás de esas criaturas viscosas y violentas que descubrimos en 1979, pero sobre todo es un reclamo de Ridley Scott a su creación. Alien es mío, parece decirnos el director inglés, yo senté las bases, esto es lo canónico; lo que hizo Cameron en Aliens y quienes continuaron tras él, se basan en este universo pero no es el mismo. Pero ojo, el link más directo de la película hacia el universo Ridley Scott es, como ya hemos anticipado, con Blade Runner. “Más humano que humano” –el lema de Tyrrel Corp- se repite en la película y la escena de Meredith Vickers (Charlize Theron) con el señor Weyland es un exquisito paralelaje con aquella del Sr. Tyrrel con Roy Batty en Blade Runner, una sincronía tan perfecta que asusta, sólo falta un búho volando; la tristeza infinita y el look retrofuturista está. ¿Es humano Batty, es humana Meredith? ¿Por qué nos recuerda tanto a Rachel, esa “otra” replicante?
6. Cyberpunk: Alien fue la primera obra de ciencia ficción que instauró un paradigma político que luego sería estrujado por el llamado cyberpunk. En el futuro las naciones han perdido el poder y en su lugar el mundo es controlado por megacorporaciones. Empresas como Weyland, Tyrrel Corp de Blade Runner o la OCP de Robocop; el futuro en plantillas Excel. William Gibson, en 1984 (dos años después de Blade Runner y cuatro de Alien) tomó la idea y con ella dio forma al género del cyberpunk, un recocido de deudas con Ridley Scott y su universo. No es casual que el propio Gibson haya firmado la primera versión del guión de Alien 3, tampoco que en Futurama (acaso la mejor pieza cyberpunk en soporte audiovisual), Alien, la criatura, el xenomorfo sea un invitado frecuente. Prometeo retorna a esas bases, Industrias Weyland controla el futuro, expande el universo, terramorfa planetas deserticos, crea vida artificial, quiere crear vida real: ya es más grande que una nación, en el espacio a nadie le importan las naciones, solo quien paga mejor. Y las lucas pueden pagar incluso a Dios.
7. Creacionismo alienígena: Prometeo tiene una deuda con Erich Von Daniken, charlatán sueco que en los 60 promulgó ideas de que los humanos habíamos sido creados por extraterrestres, que el Dios en el cual creíamos se movía en naves espaciales, dejaba monolitos (como en 2001), pirámides y pistas en la tierra (como las líneas de Nazca), porque en la naturaleza no hay rectas (como acotan en Prometeo). Perdidas por un tiempo, estas teorías regresaron gracias a Ancient Aliens, la serie más exitosa de The History Channel y obligaron a cambiar la primera versión del guión de Prometeo. Precuela de Alien, su universo, de la cifi en el cine, de la misma historia de la humanidad; una versión lujosa de El Retorno de los Dioses, ese extraño film documental que a inicios de los 70 trató de hacernos creer que Dios vivía en una lejana galaxia.
8. Un cuento amoral: entre las muchas preguntas sin responder que deja Prometeo está la responsabilidad de uno de sus personajes en un hecho clave de la trama y que cambia la vida de la protagonista para siempre. Ella tampoco hace nada por buscar un culpable, no le importa le da lo mismo; este no es un universo justo, aquí no hay héroes, hay empleados, tipos a contrata que quieren su paga a fin de mes, personajes que parecen maquetas porque deben ser maquetas, son anónimos obreros al servicio de un magnate. En Alien, Ripley (Sigourney Weaver) cierra la puerta del Nostromo para que no aborden sus compañeros infectados, en Prometeo hay una escena idéntica, que revela cual es la verdadera Ripley de esta nueva nave. Un correcto funcionario, no tiene por qué caerte bien, en ambas cintas el personaje más empático es un androide, la calidez está en lo artificial, lo que no falla; todo el resto (hasta la simpatía) da lo mismo.
9. El regreso de Ridley Scott: La mejor película de Scott desde La caída del halcón negro. Sí, tomando en cuenta que es mejor película que aquella. Un regreso del británico como sus fans esperábamos desde hace tres décadas. Hagámosla corta, la mejor película de Ridley desde Blade Runner y punto. Y sí, redacto esto desde el permiso de la hiperventilación.
10. Una película aburrida: Si un filme se toma su tiempo para contar una historia significa que es un film aburrido, bienvenidos sean los filmes aburridos. Prometeo tiene un ritmo calmado, elegante, adulto, distante (después de todo es ciencia ficción), inusual para un estreno comercial. Y vaya que se agradece. En una temporada donde Vengadores le ha tomado el pelo a todo el mundo con una trama que trata de nada, donde Avatar lleva tres años alzada como la gran pieza de ciencia ficción de los últimos años, hace bien que llegue Scott y ponga los puntos sobre las “ies”.
Prometeo es una película grande para gente grande, no es una montaña rusa de emociones, no contesta todas las interrogantes que deja porque no quiere hacerlo, el misterio es parte de su trama y no hay más. Técnicamente perfecta, con el mejor 3D visto hasta ahora (que deja a Hugo de Scorsese como una broma) y suficientes cojones como para hacer de una “escena médica” la gran secuencia de acción de la temporada. Es en serio, Prometeo va a envejecer bien, igual que Blade Runner, esa otra película aburrida que hoy es vaca sagrada hasta para quienes nunca la han visto.
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