10 nov 2010

Nick Cave and The Bad Seeds - Murder Ballads


Copiada de acá

Una de las grandes joyas de la discografía de Nick Cave, Murder Ballads contiene, tal como su título lo indica, nueve baladas que hablan sobre asesinatos (más una -originalmente- esperanzadora y muy linda composición de Bob Dylan, llamada Death Is Not the End). Casi todas imaginarias, una basada en Stagger Lee, un criminal verídico; algunas nuevas y propias, otras tradicionales; las canciones que forman a este Murder Ballads toman diferentes estilos -country, música circense, ritmos de cabaret, new wave-, impregnándoles a todos la oscuridad y densidad necesaria para que la morbidez de los relatos penetren en todos los poros del cuerpo receptor.

Los bajos gordos de Martyn P. Casey, las teclas tétricas de Cave y Conway Savage, la producción de los Bad Seeds más Victor Van Vugt se unen creando un clima de noche de terror, de parque de diversiones maldito, de sangre, de cadáveres frescos, de mentes retorcidas, de gritos y aullidos espeluznantes. Con su voz amenazante, temblorosa, ligeramente enfermiza, Nick a veces opta por no ponerse ni del lado de los victimarios ni del de las víctimas, sino que más bien parece representar a un dios todopoderoso, siempre presente en los momentos cruciales, que asquea con su humor negro y su filosofía nihilista-desesperanzadora, pero al mismo tiempo se compadece de tanto horror, consciente de que, si bien casi todo lo que cuenta es ficción, cosas muy similares han ocurrido, ocurren y seguirán ocurriendo en este planeta. En otros momentos, directamente relata las historias en una primera persona tan creíble como atemorizante.

Y si hay algo llamativo en toda esta montaña de sangre y muertes violentas, es cuánta belleza consigue extraerle Cave. La voz dulce con que canta por momentos, la calidez de algunos arreglos y melodías, la ternura de varios coros (y de las voces invitadas de PJ Harvey y Kylie Minogue), chocan con el panorama terrorífico y con la crudeza musical/poética de temas como Stagger Lee, O'Malley's Bar o The Curse of Millhaven. Porque, sobre todo, y a no olvidarlo, este es un álbum de baladas, y lo que prima es cierto romanticismo gótico, en el que el grandioso cantautor logra algo muy difícil de llevar a cabo: darle un envoltorio estético bello al crimen (a la Dario Argento, si se quiere) y, al mismo tiempo, retratar todo lo que encierran de espantoso e indeseable las situaciones narradas.

Considerar a Murder Ballads una apología del asesinato es absurdo, pero Cave también sabe que es absurdo negar la existencia de tales horrores, y es por eso que construye una obra inteligente que intenta presentar con toda la desnudez y brutalidad posible esos momentos repulsivos en los que un humano decide quitarle el derecho a vivir a otro.
01 - Song of Joy
02 - Stagger Lee
03 - Henry Lee
04 - Lovely Creature
05 - Where the Wild Roses Grow
06 - The Curse of Millhaven
07 - The Kindness of Strangers
08 - Crow Jane
09 - O'Malley's Bar
10 - Death Is Not the End
 Algunos temas que me gustaron son:


Death Is Not the End


Where the Wild Roses Grow

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