Soy chiquito: Arcade Fire

9 ago 2010

Arcade Fire - Suburbs

Copio la crítica desde acá:

No cabe duda de que The Suburbs, el tercer álbum de Arcade Fire, era uno de los discos más esperados de este 2010. La expectación que la banda canadiense de art-rock despierta no ha dejado de crecer desde la publicación de aquel ya vetusto Funeral (2004), y su posterior confirmación, Neon Bible (2007). Tres largos años después, y con himnos como “No Cars Go” o “Rebellion (Lies)” exprimidos hasta la última gota, los de Montreal han vuelto con un producto sólido, visiblemente más elaborado y largo que sus anteriores publicaciones y mucho más monumental y épico. The Suburbs es, sin duda, su obra maestra.

Los temas recurrentes en este The Suburbs son varios: el amor, el desamor, la juventud y la modernidad, sobre todo, se entrelazan con historias, anécdotas y alguna que otra visión onírica. Así, en la canción que abre (y cierra) el disco, la homónima “The Suburbs“, Win Butler rememora aquella adolescencia olvidada con una base rítimica de lo más optimista. Posteriormente, “Ready to Start” eleva el compás, en una canción que toma todo su significado tras la frase “You say, ‘can we still be friends?‘”.

En “Modern Man” Butler se cuestiona los sentimientos que le suponen el considerarse una persona moderna en una sociedad que no es capaz de llegar donde él se encuentra. Un mediotiempo agradable con una letra de lo más acertada. “Rococo” es una de las perlas del disco: una serie de imágenes de dificil entendimiento mezcladas con una música y unos coros, a cargo de Régine Chassagne (esposa de Win Butler), que enganchan desde la primera escucha. Raro será aquel que no la tararee alguna vez. La quinta canción, “Empty Room”, es rápida, fugaz, cantada por Chassagne con el indispensable acompañamiento de un set de cuerda. A todas luces será, también, una de las atracciones principales de los directos.

“City With No Children” es, personalmente, uno de los mejores temas del álbum. Una serie de metáforas hablan de un amor que nunca llegó a consumarse. Coros y guitarras al servicio de una letra preciosista, logran una ejecución armónica exquisita. En “Half Light I” y “Half Light II (No Celebration)”, Butler y Chassagne intercambian protagonismo para narrar cómo dos jóvenes enamorados deciden huir en la oscuridad para estar juntos. Ambos temas rebosan una importante paleta sonora y unos tiempos maleables, que varían según el punto de la historia en que se encuentren.

Otro de los pesos pesados es “Suburban War”, pieza que trata otro de los aspectos que más cabida tienen en el disco y que son parte fundamental en varias canciones del mismo: la guerra entre culturas, tribus urbanas y, por supuesto, entre razas. Aunque en “The Suburbs” y “Modern Man” ya podía entreverse algo, no es hasta “Suburban War” cuando realmente se habla de las consecuencias de las diferencias que acaban por surgir incluso entre amigos (”All my old friends, they don’t know me now/ are through me now“).

Después, mientras “Month of May” pone la nota de velocidad, “Wasted Hours” apreta el freno para ofrecernos una balada rítmica, que no puede sino dejar de recordarnos a los mejores Wilco. “Deep Blue” rememora, de nuevo, la adolescencia de Butler y el fin de siglo. “We Used to Wait” , por su parte, lo tiene todo para convertise en uno de los temas más recordados de The Suburbs: estribillo sencillo y épico, letras poderosas, ritmo variable y, en general, unas reminiscencias a “Rebellion (Lies)” que a nadie le pasarán desapercibidas.

Como broches finales, “Sprawl (Fatland)” y “Sprawl II (Mountains Behind Mountains)” son dos temas de lo más dispares: el primero es una tenue balada al piano cantada por Butler; la segunda es un himno pop interpretado por Chassagne, con un regusto ochentero, que personalmente encuentro algo fuera de lugar en The Suburbs, por mencionar algún punto negativo del disco. Por último, “The Suburbs (Continued)” no es sino un último fragmento del tema inicial (”The Suburbs”), que los canadienses han decidido separar y utilizar para cerrar el disco, logrando así un conjunto redondo, englobando todos los temas del álbum dentro del leitmotiv de “The Suburbs”.

En general, pues, no podemos sino quitarnos el sombrero ante este tremendo trabajo de Arcade Fire, que han logrado un producto mucho más accesible que sus dos discos anteriores, los cual sin duda gustará a propios y extraños, y que requiere (y merece) muchas escuchas para captar la infinidad de detalles que atesora. Un disco que no debería faltar en ningún top ten del año que se precie.

Tracklist