
Se habla tanto de Chinoy y San Antonio, de su unión terrenal y celestial, que se nos termina por olvidar que Chinoy (como Mauricio Castillo, claro) se pulió en sus cerros y calles, jugó pichangas con Chupete Suazo, tomó cerveza donde una vez estuvo la Negra Ester, cantó con Don Nadie hasta que los punkys de Llo-Lleo sabían exactamente qué esperar. En San Antonio, gastó escenarios y desarmó cuanta estructura se le puso por delante, leyó poesía e inventó los versos más enrevesados de los últimos años.
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Uno de los temas que me gustan, Clara
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