
Otro buen disco de Mr. E.
Cuando tan sólo era un adolescente encontró a su padre, un afamado físico, muerto de un infarto. A mediados de los 1990 murió su madre y su hermana se suicidó. El tristemente famoso 11-S una prima suya viajaba como azafata en el avión que los terroristas estrellaron en Washington contra el Pentágono. O sea que, Mark Oliver Everett (Virginia, 1963) tenía muchas posbilidades de que su música y las letras de sus canciones fueran un canto a la depresión y al pesimismo. Pero en su muy peculiar rock alternativo nada hay de patetismo, nada hay de pozos negros o de tristezas enquistadas.
Mark Everett, más conocido en el mundo de artistico internacional como simplemente E, es el líder de la banda de rock Eels, y para escribir su autobiografía (Things the grandchildren should know -- Cosas que un niño grande debería saber--) ha tenido que considerar a su familia, según propia confesión, sencillamente como un proyecto artístico, para así intentar digerir todos los sucesos mencionados.
Pero además de su autobiografía, Mark Everett, E y los Eels, acaban de editar su último disco, Hombre lobo, 12 canciones de deseo, unos temas que tratan sobre “las intensas y horribles urgencias que de vez en cuando te asaltan que pueden cambiar tu vida”. El primer single del trabajo lleva por título Fresh Blood (Sangre fresca), y su ritmo hipnótico viene adornado por unos aullidos que vienen a subrayar la actual atracción de la banda y de su líder por la fuerza vitamínica de los instintos más primarios. Para este trabajo E se ha dejado crecer la barba y se ha mimetizado en un juglar licántropo rebosante de talento y de propuestas musicales más que interesantes.
Lo bajas de acá
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