25 may 2012

10 estrategias de manipulación mediática


Amadou et Mariam - Folila



Sucede cada cierto tiempo. Músicos africanos cuyo talento encandila a los más famosos cantantes de Europa y Estados Unidos, y cuya colaboración permite un cruce de géneros y públicos que vuelve a recordar la riqueza sonora del continente negro. Así, de pronto, el dúo Amadou & Mariam tiene estátus de gran nombre pop. Su nuevo disco, Folila, era esperado con ansiedad incluso en los medios especializados en rock alternativo, y la lista de colaboradores impresa en la carátula ofrece un encuentro excepcional de nombres populares asociados a la vanguardia. Gente que no tiene tiempo para trabajar con cualquiera.
La atención es merecida, por supuesto. Los discosDimanche à Bamako (2004) y Welcome to Mali (2008) ya buscaban mostrar más allá de África —el primero fue producido por el francoespañol Manú Chao, y el segundo, por el británico Damon Albarn— el sonido lleno de texturas, matices y evocaciones emocionales que podía levantar este dúo de cantantes, ambos nacidos en Malí. Mariam Doumbia (voz) y Amadou Bagayoko (voz y guitarra) son ambos ciegos, y pusieron en contacto su interés por la música precisamente en un instituto para no videntes (se casaron allí en 1980). Desde principios de los años ochenta vienen trabajando composiciones sencillas y fáciles de asimilar, pero abiertas a influencias diversas, con ideas tomadas del blues, el mambo cubano, el ney egipcio y la música religiosa india, por ejemplo. Su historia y su trayecto creativo quedó registrada en 2011 en el libro biográfico Away from the ligth of day. Son, sin duda, la pareja musical más famosa (y querida) de Mali.
Folila quiere decir “música” en idioma bambara (el más usado en Mali luego del francés). El trabajo iba a aparecer dividido en dos discos, uno grabado en Nueva York, centrado en colaboraciones con figuras pop; y otro grabado en Bamako, más apegado a la raíz africana y con percusión tradicional. Pero el dúo reparó en la riqueza que ofrecían ambas grabaciones cuando se las escuchaba de modo sucesivo. Dos continentes, dos tradiciones musicales, dos tipos de tecnología, dos espíritus conectados. Así, combinados, el oído recibe un continuo de estímulos urdidos en clave rock, pop, electrónica y folclórica. Por el lado estadounidense, los invitados incluyen a los cantantes Santigold y Jake Shears (Scissor Sisters), el raperoTheophilus London, dos integrantes del grupo TV On The Radio y el guitarrista de los furiososo Yeah Yeah Yeahs, Nick Zinner. Desde Europa se cuelan el francés Bertrand Cantaty la británica Ebony Bones. Entre los talentos africanos están Bassekou Kouyate (Mali) y el guitarrista tuareg Abdallah ag Oumbadougou. Son muy pocos los discos que este año mostrarán créditos así de atractivos y diversos. El impulso natural de cualquier curioso en música es querer conocer este disco antes de proceder a un juicio estético. Hay aquí demasiadas ideas y demasiados atrevimientos como para dejarlas pasar, y no permitirse la sorpresa de un disco que, sean cuales sean sus resultados comerciales, avanzará otro gran trecho en la integración entre sonido africano y pop del Primer Mundo.
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Se ha escrito sobre el disco: "Cuando el dúo se despoja de adornos para favorecer la más expansiva grabación de Mali “Sans toi”, queda muy claro muy rápidamente lo fuerte que permanece la identidad de Amadou & Mariam incluso entre sus invitados de alto calibre” (Pitchfork) || "Aunque cantan en diferentes idiomas, la lengua del trabajo en equipo permite el entendimiento universal; especialmente, en la cautivadora “Willy Kataso” (Entertainment Weekly) || “El intercambio de estilos se siente cálido, generoso y casual; una mezcla cocinada en una fiesta callejera, no algo cínicamente manufacturado en la oficina de un sello discográfico”(The Telegraph).

Amadou & Mariam — Folila (2012, Nonesuch): 
1. Dougou Badia, 
2. Wily Kataso, 
3. Oh Amadou, 
4. Metemya, 
5. Baro, 
6. Africa Mon Afrique, 
7. C'est Pas Facile Pour Les Aigles, 
8. Sans Toi, 
9. Mogo, 
10. Bagnale, 
11. Nebe Miri, 
12. Chérie 
Vocalistas invitados: Santigold, Tunde & Kyp (TV On The Radio), Bertrand Cantat, Jake Shears (Scissors Sisters), Ebony Bones, Abdallah Oumbadougou, Theophilus London. | Producción: Marc-Antoine Moreau.
Dougou Badia
Oh Amadou
Africa Mon Afrique
Cherie

CHICHA LIBRE- SONIDO AMAZONICO


Una banda de músicos de NY que mezclan sonidos de la chicha peruana con ritmos modernos, canciones en francés y español. Suenan muy bien


Lista de temas


1. Sonido Amazonico (4:17)
2. Primavera en la Selva (4:02)
3. Mi Plato de Barro (2:21)
4. Tres Pasajeros (4:03)
5. The Hungry Song (4:06)
6. El Borrachito (4:53)
7. Pavane (3:46)
8. Six Pieds Sous Terre (3:32)
9. Un Shipibo en España (3:09)
10.Indian Summer (4:57)
11.La Cumbia del Zapatero (2:41)
12.Popcorn Andino (5:19)
13.Yo No Fui (2:30)
14.Gnosienne No.1 (4:33)


Indian Summer


La cumbia del zapatero



Christopher Priest - Un Mundo Invertido


Como diría Joaquín Reyes, los buenos libros de ciencia ficción deben dejarte "con el culo torcido". Y es que uno no escribe una novela clave del género sin zarandear algunas seseras. Priest es uno de esos grandes autores que acumula premios, buenas críticas, fans, y poco a poco, adaptaciones cinematográficas. Así que hablar de uno de sus libros que más me gusta se hace un poco difícil, ya que todo son bondades y es difícil ser crítico. Un Mundo Invertido es, como casi todo lo que escribe Priest, una trampa. O mejor dicho, tiene truco. En este caso se nos presenta el texto como un sandwich en la que la obra se abre y cierra escrito en tercera persona y centrado en un personaje que no es Helward Mann, el protagonista del grueso del libro, que narra en primera persona su experiencia en Tierra, la ciudad móvil sobre la que trata el libro. Ese cambio de registro es la clave del texto, la broma de Priest: desde el principio te está enseñando qué es lo que hay, te está diciendo la verdad, es el lector el que interpreta y se cree lo que quiere. Es el mismo juego de El Prestigio, cuando nos decía: Permanece atento, voy a enseñarte un truco. Y el truco, el que protagoniza la historia es en sí mismo la historia. Aquí nos hace un truco similar, un “dentro-fuera” que tal vez pille con la guardia baja al lector, a pesar de haberlo tenido delante durante todo el rato. A pesar de sus cinco estrellas, y por sacarle una pega (y teniendo en cuenta de que se trata de un manía personal mía más que de un defecto del libro), tengo que advertir que algunos pasajes son un tanto psicodélicos, tal vez demasiados para mi gusto. Dado que se narran estados de percepción alterados, tampoco tengo claro si se podrían haber descrito de otra manera, pero en mi opinión son surrealistas en exceso. Pero no es más que una cuestión de gusto. Evitando todo tipo de spoilers, la profundidad del libro, como buen libro de ciencia ficción, se da con la comparación con nuestro mundo real, donde la crítica adquiere todo su sentido. Y como los libros excepcionales, la crítica sigue vigente (o incluso todavía más candente) a día de hoy, casi treinta años después de haber sido escrito. Para terminar, hay que destacar la calidad de la nueva traducción que presenta la nueva edición de Factoría de las Ideas, un trabajo estupendo de David Luque, y la nota final de John Clute incluida en esta última edición, imprescindible para situar en contexto la obra y el trabajo de Priest.

21 may 2012

Gotye vs The Police - Somebody I Used To Know

¿Qué hacemos cuando internet está caido?


Claves para crear passwords


Shame



En Shame el cuerpo del actor se adueña de la pantalla, de forma completamente devastadora, sobre unos espectadores que tal vez puedan encontrar algún matiz en este personaje en el que reflejarse de manera profundamente inquietante.
El protagonista de Shame es Brandon, aparentemente un triunfador absoluto. Treintañero, con una presencia física imponente, un trabajo incierto pero de éxito, un pequeño y lujoso apartamento en Nueva York, y una vida sexual incesante y devastadora. Al principio el personaje deslumbra, y brilla pero pronto veremos cómo detrás de esa carátula lo único que hay es un profundo vacío y un dolor humano ancestral.
El sexo en la vida de Brandon es una respuesta a una gran culpa una válvula de escape, una forma de camuflar su imposibilidad de entablar una sola relación con un mínimo de profundidad y compromiso. Habitan en el, los tortuosos entresijos de la soledad y la incapacidad de comunicación y diálogo con el mundo. Sin embargo, todo en él y en su entorno parece funcionar y fluir en una tensa perfección.
Todo cambia provocando un giro y una inquietud mental en el protagonista el día en que su hermana irrumpe en su vida nuevamente. Inestable, confundida y muy sola, la presencia y el precario equilibrio de Sissy perturban a su hermano hasta el punto de hacerle sentir y traerle de regreso anidados demonios infantiles cargados de culpa, generando así también el único vinculo humano que le queda en su vida.
Desde ese momento su dependencia animal por el sexo en todas sus formas, se convierte en algo que socialmente debe ocultar, algo que a los ojos de los demás le provoca una profunda vergüenza. En un momento de la historia, Brandon intenta revelarse inútilmente ante su despiadada y adictiva naturaleza, confirma que es incapaz e impotente literalmente, de amalgamar sexo y afecto, penetración, caricias y miradas con una mujer que se disponga hacia él para algo más que una descarga masturbadora exenta de tarifa.
Desde ese momento su caída en picada hacia las inciertas profundidades del infierno que habita y domina su carne resulta ya inevitable.
Steve McQueen, además de excelente director es también un notable guionista, se acerca a la descorazonadora historia de forma envolvente, magnética y más que sugerente. Sus potentes y cuidadas imágenes atrapan al espectador cual si fuéramos furtivos voyeristas, no queremos salirnos de este viaje mental al que nos ha invitado, por más que nos gustaría hacerlo en más de una ocasión ante la incomodidad provocada por la crudeza y su valiente opción de no soltar al protagonista y su carga de dolor ni un solo segundo del lente de la cámara la que junto a su cuerpo conforman la cárcel perfecta.
McQueen juega con el montaje en varias secuencias de forma absolutamente brillante consiguiendo momentos de cine prodigiosos. Aquí la forma es poderosa robusta y sustantiva cópula de manera prodigiosa y bestial con el contenido llegando a un orgasmo sublime logrando así la consistencia de Shame.
El enfermizo círculo sobre el que gira la vida del personaje está narrado con fuerza, con una cámara en mano que busca incesantemente y no acaba de encontrar, provocando una desazón claustrofóbica considerable.
La adicción al sexo culmina con una secuencia en trió soberbia, en el que la expresión dolorosa de un rostro completamente desencajado que alcanza un orgasmo hiriente lo dice todo sobre la debacle ya no solo personal sino atávica y universal en la que queda sumido el ser humano esclavo de su naturaleza “semen y sangre” diría un poeta maldito. El actor llegado a ese punto, ha hecho una demostración de elegancia, valentía, sutileza y desgarro difícil de olvidar. Una naturaleza excedida y desbordante se enfrenta cara a cara con la imposición cultural adquirida ¿dónde está realmente la suciedad?
Carey Mulligan interpreta a su hermana personaje catalizador de la catarsis que sufre el protagonista. Suyo es tal vez el momento más emocionante y triste de la película. Una interpretación del clásico New York New York que queda ya grabada en las retinas y en los oídos como uno de los momentos más gloriosos dados por el cine en mucho tiempo. Ella más tarde, sentada de espaldas en un sofá junto a su hermano viendo en el fondo desenfocado unas caricaturas antiguas en blanco y negro en TV es el escenario perfecto para que el guión deslice entre líneas la génesis prohibida de tanto dolor.
Dos hermanos unidos trágica e inevitablemente por las cicatrices de una frustrada fuga suicida, permanente y eterna.
Pero el comienzo y la salida están afuera en la urbe en el tren subterráneo en ese mar humano, en estas aguas se articula una secuencia de montaje húmeda, eréctil de miradas de soslayo maquilladas y lagrimosas que indican la única salida en la estación de destino de este viaje. Reiniciarlo todo desde esa prisión de la que no se puede escapar, el cuerpo.

Peter F. Hamilton - El vacío de los sueños




«El vacío de los sueños» es la primera parte de la denominada Trilogía del Vacío del escritor británico Peter F. Halmilton, creador de la aclamada serie de La Federación compuesta por las muy notables «La Estrella de Pandora» y «Judas desencadenado». Se trata de una obra voluminosa aunque algo inferior a las novelas anteriores, casi medio millar de páginas de una apretada letra en una edición correcta y sin apenas fallas dignas de mención (1). El libro incluye a su término una cronología de una ficticia Historia del Futuro (similar a la de otros autores, como Robert A. Heinlein, Arthur C. Clarke o Rodolfo Martínez, por poner unos ejemplos) y no el acostumbrado índice de personajes, elemento que a buen seguro echaremos en falta en las siguientes entregas de la saga dada la vastedad y complejidad de su arco argumental.

La trama se ubica en el mismo universo de La Federación, 1200 años después de los hechos acontecidos en la guerra contra los belicosos y expansionistas alienígenas primos del par Dyson. En el siglo XXXVI la humanidad ha colonizado gran parte del brazo de la galaxia tras una nueva expansión a los Mundos Externos de las fases 3 a 5, a unos 500 años luz de la Tierra. En este lapso temporal, la dinastía Sheldon (la más poderosa facción política y económica de La Federación, con sede en la Tierra) ha desarrollado la biónica hasta límites inimaginables y dado lugar a la Cultura Superior; por su parte, los barsoomianos del planeta Tierra Lejana introdujeron mejoras genéticas en el ADN humano para crear el Movimiento Avanzado. En la práctica, la humanidad se ha escindido en dos grupos diferenciados según su ubicación geográfica: Federación Mayor (mundos interiores) y Mundos Externos, que deriva en radicales diferencias en cuanto a formas de pensamiento, sistemas de transporte y regimenes sociopolíticos: un socialismo benevolente y fuertemente tecnológico basado en la producción cibernetizada y el reparto equitativo de recursos en el primer caso, o una dinámica economía de mercado consagrada a la ambición emprendedora personal en el segundo.

Diferentes soluciones para satisfacer el mismo viejo ideal de utopía social, en el que cada individuo posee la libertad –al menos, teórica- de decidir el lugar donde habitar y poder elegir así entre gozar del ocio manteniendo siempre cubiertas sus necesidades básicas o seguir la senda de la aventura individual, trabajar y aspirar a amasar una fortuna. Aunque en el caso de la Cultura Superior se ofrece, además, la posibilidad de “descargar” la personalidad en ANA (sistema de Actividad Neuronal Avanzada, una especie de Inteligencia Artificial evolucionada que, de facto, gobierna la Federación Mayor) una vez gozado de un vida intensa mediante las citadas mejoras biónicas, y adquirir así el estatus de entidad posfísica inmortal.

Por otra parte, Ozzie (personaje central en la saga anterior) desarrolla los principios del denominado “campo Gaia”, una red neuronal que permite la comunicación directa de pensamientos entre la mayoría de seres humanos. Y en su viaje de circunnavegación de la galaxia, Wilson Kime (otro personaje relevante) descubre la estación Centurión para el estudio del Vacío, lo que permite establecer contacto con medio centenar de especies alienígenas inteligentes. Se trata de una instalación antiquísima, construida un millón de años atrás, y cuyo único cometido es monitorizar el microuniverso que se alberga en su interior y que se expande en todas direcciones a una velocidad creciente, consumiendo cuantos sistemas estelares encuentra a su paso. Los raiel, la raza más antigua, sabia y poderosa, constructores de enormes naves arca transgalácticas como el Ángel Supremo, han desplegado una barrera artificial -la Pared- y sistemas de defensa de tamaño planetario para intentar contenerlo y evitar cualquier contacto, porque están seguros de que el Vacío constituye un enorme peligro para la galaxia.

Íñigo, un astrofísico que visita la estación, comienza a tener sueños en los que cree vislumbrar las vidas de los humanos que habitan el Vacío –porque una nave, de manera inexplicable, se las ingenió para sortear la barrera y colonizar un territorio que bautizaron con el nombre de Querencia-, un lugar en apariencia edénico donde sus habitantes viven una existencia apacible haciendo uso de una tecnología medieval y diversos poderes paranormales (2). Gracias al campo Gaia, Iñigo comparte su experiencia e inicia con ello una nueva religión llamada Sueño Vivo, que en el año 3589 cuenta con cinco mil millones de acólitos. En la cima de su influencia, Iñigo desaparece sin dejar el menor rastro y, años después, la máxima autoridad de la teocracia del planeta Ellezeling anuncia una Peregrinación masiva al Vacío, el universo prometido donde será posible satisfacer todos los deseos. Una migración que, en opinión de la mayoría de civilizaciones estelares, desencadenaría la aniquilación total de la galaxia, por lo que se muestran dispuestas a entrar en guerra contra la todopoderosa Marina de la Federación.

En esta primera entrega de la Trilogía del Vacío aparecen dos líneas espacio-temporales bien diferentes, una ambientada en el conocido universo de La Federación y otra radicada en el interior del Vacío. Y, de nuevo, aparece una clara dicotomía entre un mundo fuertemente tecnificado y con maneras de pensar relativamente reconocibles, y un territorio medievalizante dominado por la fantasía y el misterio (o quizás, una tecnología indistinguible de la magia). Entre ambos universos aparentemente disjuntos surgen “nexos de unión”, detalles compartidos que facilitan el intercambio indirecto de información: la capital de Querencia y el planeta Ellezeling se llama Makkathran, los habitantes del Vacío poseen mitos acerca de los Señores del Cielo y rinden culto a la Señora Empírea designada por los Primera Vida para guiar a los humanos al corazón del Vacío, Edeard –el aprendiz del gremio de moldeado de huevos que intenta labrarse un futuro- se revela como el Caminante de las Aguas profetizado por Sueño Vivo… elementos que hacen pensar que, tal vez, los hechos acaecidos en uno y otro lugar no discurren necesariamente en un mismo tiempo relativo.

Aparecen viejos personajes, como la implacable investigadora Paula Myo, la inteligente Justine del clan Burnelli o Kazimir Burnelli, comandante en jefe de la Marina de guerra de la Federación, además de algunos personajes secundarios y planetas ya hollados en la serie anterior que se antojan, más bien, meros guiños: el Ángel Supremo, el raiel Qatux, la Gata, Tierra Lejana… Aunque, naturalmente, el mayor peso lo ocupan nuevos protagonistas: Aaron y la senadora Corrie-Lyn, antigua amante de Iñigo, que intentan localizarle por todos los medios para forzar una aparición pública que evite la guerra; Araminta, una camarera pobre que recibe una inesperada suma de dinero que invierte en la rehabilitación de inmuebles para posterior venta; Troblum, un ingeniero brillante obsesionado con la guerra del Aviador Estelar; o dos agentes de facciones enfrentadas de ANA-Gobernación: el Repartidor y Marius, que representan el ala Conservadora (controlada por el clan Burnelli) y Avanzada (partidaria de la Peregrinación como vía de trascender más rápidamente hacia el posthumanismo). Sin olvidar, por supuesto, los personajes relacionados con la trama que transcurre en el interior del Vacío.

Hamilton sigue fiel a su estilo característico que le ha reportado una merecida fama internacional: a una enorme vastedad argumental con tramas muy ambiciosas suma una portentosa imaginación, un omnipresente sentido de la maravilla, una intriga aventurera de tintes mayoritariamente bélicos, escenarios exóticos, un reparto coral de personajes, una gran coherencia interna e inteligencia de planteamiento, y un descomunal despliegue de tecnología futura rayano en lo inverosímil; elementos que, en conjunto, hacen de sus libros un lugar maravilloso por el que transitar. Aunque probablemente su mayor atractivo radique en su excelencia como narrador, una gran amenidad que compatibiliza con una alta capacidad descriptiva capaz de dibujar mundos radicalmente diferentes con un nivel de detalle, realismo y cotidianeidad muy difíciles de igualar.

La novela mantiene un ritmo bastante más lento que en la saga anterior, con ausencia de batallas épicas destacables y con partes absolutamente superfluas que muy poco o nada añaden al hilo principal pero que, gracias a la maestría del autor, mantienen en general su interés aunque a costa de bajar enteros la intensidad narrativa. Pese a ello, se antojan excesivos los prolegómenos relativos al culto a Sueño Vivo o la descripción de la organización social de Makkathran, y algunos hilos –todo lo relacionado con Araminta, o el pirotécnico correcalles sin demasiado sentido que protagonizan Aaron y Corrie-Lyn- resultan bastante aburridos o se eternizan a la hora de entrar en materia. Por supuesto, conocemos bastante más acerca de los mundos que componen la Federación, y las huellas provocadas por la guerra contra los alienígenas primos más de mil años atrás, pero cuando menos resulta paradójico que la parte más interesante de este libro de ciencia ficción sea, precisamente, la descripción del dominio humano en el interior del Vacío, un reino consagrado a la fantasía y los poderes paranormales; es decir, puro fantasy con recursos tan evidentes como el elegido, el viaje iniciático que establece el duro proceso de maduración y enriquecimiento personal, las habilidades psíquicas, etc., etc., etc.

Este primer volumen sienta las bases de la trilogía: plantea la trama, propone escenarios y presenta personajes, sin ofrecer –como es lógico- desenlaces cerrados sino un emocionante suspense que se irá dilucidando en próximos entregas. Igualmente, referencia hechos que muy bien podrían suponer nuevas series; por ejemplo, la descripción del épico viaje de Wilson Kime en la nave Esfuerzo que revelara la existencia del Vacío, el periplo de Nigel Sheldon con su flota de diez naves arca en su intento de colonización transgaláctica, o las causas del auto-exilio de Ozzie. En cualquier caso, tanto la saga de La Federación como la Trilogía del Vacío evidencian un trasfondo político, social, tecnológico y filosófico tremendamente rico y en permanente conflicto, que daría lugar a un magnífico ensayo.


90 pasos

 90 pasos Son 90 pasos, los conté yo mismo la última vez que fui. Cubren casi toda la parte lateral, por la diagonal son más, pero no muchos...