Otro libro onírico de Haruki Murakami, un autor que me gusta mucho por los mundos que construye. Esta vez relata lo que sucede con diferentes personas en una noche, y todo acompañado de música de jazz (para conocer un poco más de la música de After Dark, pincha acá) y un televisor.
Me gustó particularmente este párrafo, de Mari con Korogi:
-¡Qué va! ¡Pobre de mí! Ni una cosa ni otra. Cuando era pequeña, no tenía confianza en mí misma, era muy tímida. Y en la escuela, por eso, los otros niños se metían siempre conmigo. Era un blanco fácil. ¿Sabes que aún conservo dentro de mí todas aquellas sensaciones? Incluso sueño a menudo con ello.
- Pero, con el paso del tiempo y esforzándote mucho, has conseguido mantenerlos a raya, ¿no? Esos recuerdos odiosos.
- Cada vez más -admite Mari. Y asiente-. Poco a poco. Yo soy de ese tipo de personas. De las que se esfuerzan.
Este trozo de conversación me llegó dentro de mí. ¿Por qué? Porque es mi viva infancia.Lo encuentras acá
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